"Comunicar previene, callar facilita el asalto."
Resumen
El riesgo público no se limita a los accidentes físicos o ambientales, sino que también abarca situaciones de seguridad ciudadana que afectan a trabajadores, contratistas, visitantes y comunidades cercanas. En el sector construcción e industrias relacionadas, los robos, atracos y asaltos representan amenazas recurrentes que comprometen tanto la integridad de las personas como la continuidad operativa de los proyectos. Este artículo aborda estrategias de prevención alineadas con la Guía Técnica Colombiana GTC 45, que establece parámetros para la identificación, evaluación y control de riesgos.
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Introducción
Los proyectos de construcción y las industrias afines suelen concentrar materiales de alto valor (herramientas, equipos, combustibles, cobre, acero), así como flujos de personas y vehículos, lo que los convierte en un objetivo atractivo para la delincuencia común y organizada. Adicionalmente, la presencia en zonas urbanas o rurales con condiciones de seguridad variables expone tanto al personal interno como al público externo a posibles actos delictivos.
La GTC 45, como marco para la gestión de riesgos, incluye dentro de la categoría de peligros a aquellos de origen social, entre los que se encuentran los relacionados con seguridad pública. Por ello, el abordaje preventivo de robos, atracos y asaltos debe ser parte integral de la planeación y ejecución de los proyectos.
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Identificación de riesgos sociales
Los principales escenarios de riesgo público en materia de seguridad en el sector son:
Robos de materiales y equipos dentro y fuera del área de obra.
Atracos a trabajadores y contratistas en accesos o zonas de tránsito.
Asaltos a vehículos de transporte de herramientas, combustible o nómina.
Intrusión de personas no autorizadas a áreas de trabajo.
Conflictos sociales con comunidades vecinas que pueden derivar en vandalismo o hurto.
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Estrategias de prevención y control
Siguiendo la jerarquía de la GTC 45, se proponen las siguientes medidas:
1. Controles de ingeniería
Cerramientos perimetrales resistentes y con acceso único controlado.
Sistemas de iluminación adecuados en accesos y áreas críticas.
Instalación de cámaras de videovigilancia con grabación continua.
Control biométrico o con tarjetas para ingreso de personal autorizado.
2. Controles administrativos
Protocolos estrictos de registro de ingreso y salida de personas, equipos y vehículos.
Inventario diario de materiales y herramientas de alto valor.
Restricciones en el manejo de efectivo dentro de obra (fomentar pagos electrónicos).
Coordinación con empresas de seguridad privada certificadas.
3. Protección colectiva y disuasión
Guardias de seguridad en turnos rotativos y con puntos de control fijos y móviles.
Señalización visible de “Zona bajo vigilancia” para disuadir intrusos.
Implementación de rondas preventivas internas y externas.
4. Gestión de emergencias y respuesta
Plan de acción ante intrusiones o intentos de hurto (alerta temprana, evacuación, reporte a la fuerza pública).
Botones de pánico y sistemas de comunicación directa con policía y autoridades locales.
Simulacros internos para entrenar al personal en caso de asalto o atraco.
5. Comunicación y participación comunitaria
Programas de acercamiento con comunidades aledañas para reducir conflictos y generar confianza.
Canales de denuncia anónima para reportar movimientos sospechosos.
Estrategias de responsabilidad social que fortalezcan la percepción positiva del proyecto.
6. Monitoreo y mejora continua
Auditorías de seguridad periódicas en accesos, controles y protocolos de vigilancia.
Análisis de incidentes y cuasi incidentes de carácter delictivo.
Revisión y actualización constante de los planes de prevención según el entorno delictivo local.
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Conclusiones
La prevención de robos, atracos y asaltos en construcción e industrias afines requiere un enfoque integral que combine infraestructura de seguridad, procedimientos administrativos, vigilancia activa y participación comunitaria. La aplicación de la GTC 45 permite clasificar estos eventos dentro de los peligros de origen social y gestionarlos con el mismo rigor que cualquier otro riesgo ocupacional.
Al reducir la vulnerabilidad frente a actos delictivos, se protege la vida y seguridad de las personas, se asegura la continuidad operativa de los proyectos y se fortalece la relación de confianza entre las empresas, la comunidad y las autoridades.
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@sergiotohseq
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