viernes, 8 de agosto de 2025

Seguridad y calidad: ¿matrimonio perfecto?

"Un proceso seguro es la base de un resultado con calidad."


Introducción

En la gestión moderna de organizaciones, la seguridad y la calidad son dos pilares que, aunque tradicionalmente se han gestionado de forma independiente, comparten un ADN común: prevenir fallas, reducir riesgos y garantizar resultados sostenibles. La pregunta “¿Seguridad y calidad, matrimonio perfecto?” no es solo un recurso retórico, sino una invitación a reflexionar sobre la sinergia entre ambas disciplinas y su potencial para generar entornos de trabajo más eficientes, confiables y resilientes.


Marco conceptual

Seguridad: Conjunto de políticas, procedimientos y acciones orientadas a prevenir incidentes, lesiones y daños a la salud de los trabajadores, así como a mitigar riesgos para el entorno y la operación.

Calidad: Cumplimiento consistente de requisitos y expectativas del cliente, mediante procesos controlados y resultados libres de defectos.

Ambos conceptos están fundamentados en principios de gestión como el enfoque preventivo, la mejora continua y la gestión de riesgos, evidenciados en normas internacionales como ISO 45001 (Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo) e ISO 9001 (Sistemas de Gestión de la Calidad).


Similitudes estructurales

1. Prevención antes que corrección: Tanto la seguridad como la calidad buscan evitar que ocurran fallas —en seguridad, los accidentes; en calidad, los defectos—.

2. Gestión basada en riesgos: Ambas disciplinas utilizan metodologías como análisis de causa raíz, AMEF/FMEA o matrices de riesgo para anticipar y controlar peligros.

3. Cultura organizacional: Su éxito depende de un compromiso transversal, desde la alta dirección hasta el nivel operativo.

4. Ciclo PHVA (Planificar–Hacer–Verificar–Actuar): El modelo de mejora continua es un hilo conductor para integrar procesos.


Beneficios de su integración

Eficiencia operativa: Un solo sistema de gestión reduce duplicidad de auditorías, documentación y capacitación.

Mejora del clima laboral: La coherencia entre cuidar al trabajador y entregar productos/servicios confiables genera mayor confianza y motivación.

Cumplimiento normativo y reputación: Las organizaciones que integran seguridad y calidad logran no solo cumplir requisitos legales y contractuales, sino proyectar una imagen sólida ante clientes y entes reguladores.

Reducción de pérdidas: Menos accidentes significa menos interrupciones; menos defectos significa menor desperdicio.


Retos para lograr el “matrimonio”

Resistencia al cambio: En entornos donde cada sistema ha operado por separado, la integración puede generar fricciones.

Desalineación de indicadores: Seguridad suele medirse con índices de frecuencia y severidad; calidad con defectos por millón o niveles de satisfacción. Es necesario encontrar indicadores integradores.

Capacitación dual: Los equipos deben comprender y aplicar principios tanto de seguridad como de calidad, evitando la visión fragmentada.


Conclusión

Seguridad y calidad no solo pueden convivir, sino que deben integrarse para alcanzar resultados organizacionales sostenibles. Este “matrimonio perfecto” no se basa en la coincidencia ocasional de objetivos, sino en la alineación estratégica, la cultura preventiva y la visión sistémica de los procesos. La organización que logra unirlos en un solo enfoque cosecha beneficios en productividad, reputación y bienestar de su gente.

En la práctica, no se trata de preguntarse si este matrimonio es posible, sino de decidir cuándo y cómo celebrarlo.

---

@sergiotohseq 



No hay comentarios:

Publicar un comentario