"Cuando la aversión al riesgo se graba en la cultura, la seguridad deja de ser una norma… y se convierte en instinto colectivo."
Resumen
La aversión al riesgo es una tendencia humana natural que puede jugar un papel fundamental en la prevención de accidentes laborales. En el contexto de HSE (Salud, Seguridad y Medio Ambiente), comprender cómo esta aversión se manifiesta en el inconsciente colectivo de los trabajadores permite diseñar estrategias más efectivas de intervención cultural y comportamental, especialmente en sectores como la construcción, donde la exposición a peligros es constante.
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1. Introducción
En el sector de la construcción y en industrias afines, los trabajadores enfrentan diariamente situaciones potencialmente peligrosas. Aunque las normas, los equipos y los controles técnicos son indispensables, el verdadero cambio en la cultura de seguridad comienza en la mente: en la percepción del riesgo y la actitud frente a él.
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2. ¿Qué es la aversión al riesgo?
La aversión al riesgo es la inclinación a evitar situaciones inciertas o peligrosas, aun cuando estas puedan implicar algún tipo de beneficio. En el ámbito laboral, esta actitud puede traducirse en conductas preventivas, como el uso de EPP, la atención a las señales de peligro o la decisión de no ejecutar una tarea insegura.
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3. El inconsciente colectivo en el entorno laboral
El inconsciente colectivo, según Carl Jung, es un conjunto de creencias, símbolos y patrones de comportamiento compartidos por un grupo social. En el ámbito laboral, este inconsciente se manifiesta en:
La forma en que los trabajadores valoran la seguridad.
La confianza (o desconfianza) en los sistemas de prevención.
El "lenguaje no dicho" sobre el riesgo (por ejemplo: “eso siempre se ha hecho así”).
Cuando la aversión al riesgo está bien internalizada colectivamente, se convierte en una fuerza cultural que favorece la seguridad.
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4. Influencia en el comportamiento laboral
La aversión al riesgo colectiva puede generar:
Comportamientos protectores automáticos, como revisar herramientas sin que nadie lo ordene.
Rechazo a prácticas inseguras, incluso si vienen de superiores.
Apoyo entre compañeros, alertándose mutuamente frente a peligros.
Pero si no se gestiona bien, puede derivar en:
Parálisis por exceso de miedo, afectando la productividad.
Desconfianza en los procesos, cuando no se distinguen riesgos reales de percepciones exageradas.
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5. Implicaciones para la gestión HSE
Para que la aversión al riesgo funcione como aliada, es necesario:
Educar desde el entendimiento, no desde el miedo.
Modelar líderes visibles, que encarnen buenas prácticas de seguridad.
Reforzar las conductas seguras, vinculándolas con reconocimiento positivo.
Utilizar campañas culturales, como afiches, videos y narrativas que despierten el instinto protector.
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6. Conclusión
La aversión al riesgo no debe verse como una barrera, sino como una herramienta natural de autoprotección. Al integrarla de manera positiva en el inconsciente colectivo de los trabajadores, se fortalece la cultura HSE de forma profunda y sostenible. Más que evitar accidentes, se transforma la manera de relacionarse con el trabajo y con la vida.
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@sergiotohseq
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