Estructura invisible de la Seguridad en Obra
En la industria de la construcción hablamos mucho de seguridad: cascos, arneses, botas con puntera de acero. Pero hay un elemento fundamental que muchas veces se nos escapa: la salud mental de quienes levantan día a día nuestros proyectos.
Trabajar en construcción no solo exige fuerza física. También implica soportar jornadas largas, condiciones cambiantes, presión por cumplir plazos y, a veces, la soledad del trabajo lejos de casa. Todo esto impacta directamente en el bienestar emocional de los trabajadores.
¿Qué podemos hacer desde las empresas?
Aquí algunas acciones que están marcando la diferencia:
1. Hablar del tema sin tabúes: Normalizar las conversaciones sobre estrés, ansiedad o agotamiento emocional. Que un maestro de obra pueda decir "hoy no estoy bien" sin miedo a ser juzgado.
2. Capacitar a líderes en escucha activa: Supervisores y jefes de cuadrilla deben ser los primeros en identificar señales de alerta y actuar con empatía.
3. Promover el descanso y la desconexión real: Pausas activas, horarios razonables y espacios dignos para recargar energías no son un lujo, son una necesidad.
4. Contar con apoyo profesional: Tener acceso a orientación psicológica (presencial o virtual) puede marcar la diferencia en momentos críticos.
5. Fomentar un entorno de respeto y apoyo mutuo: Un equipo que se cuida entre sí es más productivo y más seguro.
Conclusión
La salud mental no es un extra. Es parte de la seguridad.
Cuando cuidamos el bienestar emocional de nuestros trabajadores, no solo reducimos accidentes y ausentismo. También construimos un equipo más comprometido, más humano y más fuerte.
Hablemos de esto. Compartamos experiencias. Construyamos una cultura donde la mente también importa.
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