viernes, 23 de mayo de 2025

Rescate en obras de construcción

Protocolos, desafíos y claves para una intervención efectiva


El entorno de la construcción es uno de los más complejos y riesgosos en el ámbito laboral. Las caídas, atrapamientos, colapsos estructurales, contactos eléctricos y exposición a materiales peligrosos pueden derivar en situaciones críticas que requieren respuestas inmediatas y especializadas. En este contexto, el rescate en obras de construcción se convierte en una disciplina crucial, que debe abordarse desde la prevención, la planificación y la respuesta táctica.

1. Importancia de la planificación de emergencias

Toda obra debe contar con un Plan de Atención de Emergencias (PAE) adaptado a sus riesgos específicos. Este plan debe contemplar:

Identificación de zonas críticas (trabajo en altura, espacios confinados, excavaciones).

Procedimientos de evacuación y rescate.

Coordinación con cuerpos externos de emergencia (bomberos, ambulancias, defensa civil).

Capacitación periódica a todo el personal, incluyendo simulacros realistas.


2. Tipos de rescate en obra

Los principales tipos de rescate que pueden requerirse en una obra son:

Rescate en altura: tras una caída o inmovilización en estructuras elevadas como andamios o grúas torre.

Rescate en espacios confinados: donde hay riesgo de atmósferas tóxicas, colapso o falta de oxígeno.

Rescate por atrapamiento: por colapso de zanjas, estructuras o maquinaria.

Rescate eléctrico: intervención segura ante accidentes por contacto con instalaciones energizadas.

Cada uno de estos escenarios exige técnicas específicas, uso de equipos certificados (líneas de vida, trípodes, sistemas anticaídas, equipos de respiración autónoma) y personal entrenado.


3. Factores críticos en la intervención

Durante un rescate, el tiempo de respuesta y la calidad del procedimiento marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Los factores clave son:

Evaluación segura del entorno: antes de intervenir, se debe asegurar que no haya riesgos secundarios (derrumbes, descargas eléctricas, atmósferas peligrosas).

Estabilización de la víctima: aplicar primeros auxilios y evitar movimientos innecesarios si hay sospecha de lesiones graves.

Comunicación efectiva: entre el equipo de rescate, supervisores y servicios externos.

Registro del evento: para análisis posterior y mejora continua.


4. Prevención: la mejor estrategia

Aunque el rescate es fundamental, la prevención de accidentes debe ser siempre la prioridad. Esto implica:

Inspecciones diarias de seguridad.

Implementación de controles de ingeniería.

Uso obligatorio de EPP.

Supervisión activa de tareas críticas.


Conclusión

Un rescate efectivo en obra de construcción no es fruto del azar. Requiere preparación, entrenamiento, disciplina y compromiso con la vida. Las obras que cuentan con protocolos robustos y personal capacitado no solo responden mejor ante emergencias: también logran prevenirlas con mayor eficacia.


@sergiotohseq 

No hay comentarios:

Publicar un comentario